A diferencia de las intervenciones estéticas, la cirugía reconstructiva es un aéra importante en el mundo de la cirugía plástica y la principal diferencia entre ambas es que, mientras la primera solo busca mejorar la apariencia, la segunda se realiza para mejorar la calidad de vida y salud de los pacientes.

La cirugía reconstructiva  se ocupa de la recuperación de una zona anatómica específica que haya sido afectada por una enfermedad o un accidente y que pone en riesgo la calidad y la expectativa de vida de los pacientes.

Este tipo de intervención suele usarse en gran medida por pacientes oncológicas, una vez que se someten a una mastectomía. La cirugía reconstructiva también suele aplicarse para la colocación de implantes y para transplantes anatómicos.

Entre el abanico de operaciones reconstructivas encontramos, como dijimos anteriormente, para corregir secuelas oncológicas, orientadas a mejorar tanto la funcionalidad como la estética de la zona intervenida.

Para corregir traumas maxilofaciales, bien sean congénitos o causados por algún tipo de accidente y buscan corregir las deformaciones de la cara o el cráneo. También suele aplicarse en casos de quemaduras, pero sus resultados siempre dependerán de la extensión del daño en la piel, tejidos y músculos.

Por otro lado, otra de las aplicaciones usuales está en la cirugía de manos y para enmendar malformaciones congénitas.

Al igual que las intervenciones estéticas, siempre se recomienda el diagnóstico minucioso
del médico tratante, quien será el encargado de escoger las técnicas más adecuadas para tratar al paciente y para obtener los mejores resultados posibles.

Como se mencionó anteriormente, se debe destacar que la cirugía plástica reconstructiva, no es opcional como en el caso de la estética, sino se trata de un tratamiento médico que busca mejorar o salvar la vida de los pacientes afectados.

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