Según La Oficina del Censo de los  Estados Unidos, el average del matrimonio en este país dura solo siete años y sobre el 50 % de las familias americanas, están casadas en segundas nupcias o emparejadas nuevamente. Es decir, uno de cada dos matrimonios termina en divorcio, de los cuales el 75 % se vuelve a casar y el 66 % de ese porcentaje se separan cuando hay niños involucrados. Cifras extraídas de la fuente The Stepfamily Foundation, Inc, ( Fundación Familia Reconstituída) en sus estudios especializados.

Ante estas cifras, la mitad de las familias que constituyen el  país está envuelta en procesos  de cambio que pueden ser dolorosos,  estresantes y que generan ansiedad.

¿Qué le sucede a las parejas que no pueden consolidar el matrimonio?

Existen diferentes causas que llevan a una pareja hasta el divorcio, por lo que MLUSA se dio a la tarea de investigar las que más se repiten y encontramos siete constantes.

Dinero: Cuando la pareja empieza a tener un desbalance entre lo que aportan a la empresa en común, el matrimonio, comienzan los conflictos, que por lo general la consecuencia está  evidenciada en rupturas y separaciones. Los expertos en la materia, recomiendan a la pareja  que manejen los gastos bajo un presupuesto que se ajuste a los sueldos o entradas de dinero a la casa y se respeten los convenios de gastos. Siempre en la pareja hay uno que aporta más que el otro, no importa si es el hombre o la mujer, lo importante es que mantengan los acuerdos preestablecidos de gastos, ahorros y diversión.

Infidelidad: Cuando uno de los miembros de la pareja es infiel, se rompen los cimientos de la confianza y es entonces  la duda la que se apodera de la relación trayendo como consecuencia una ansiedad en la pareja que se puede hacer insostenible en el tiempo. Se maneja una cifra del 25% de los hombres que admiten haber sido infiel por una noche o estar envueltos en una relación adultera, de acuerdo con  la Guía  de Divorcio.

Sexo: La satisfacción sexual tiene un peso especifico dentro de la relación de pareja. Si las necesidades de ambos no están dirigidas hacia el mismo norte, comenzarán los problemas y las insatisfacciones que pueden llevar a la ruptura o a la infidelidad. El tema sexual necesita ser hablado y escuchado, hay que conocer las necesidades de la pareja y las propias para llegar a acuerdos saludables  que traigan consigo el placer a ambos, la auto aceptación y la aceptación del otro siempre dentro de lo consensual entre ambos. Absolutamente nada forzado traería consigo una consecuencia positiva.

Comunicación: Una de las causas de separación es la falta de una comunicación efectiva. La pareja debe buscar el momento para hablar y comunicar inquietudes, miedos, ideas, proyectos, planes y experiencias. Debe existir entre ambos un rapport al hablar y escuchar con atención el mensaje de la pareja para entre ambos lograr acuerdos, compromisos, confianza, seguridad y apoyo. Las parejas que no se comunican pierden el vínculo.

Admiración: Cuando se pierde la admiración hacia la pareja se pierde la ilusión y hasta el respeto por esa persona. Valorar las virtudes del otro alimenta la parte espiritual de la relación. El potenciarse las  virtudes de ambos hace que la relación crezca y se genere una vibración positiva en el entorno de logros y felicidad. Debe ser de ambas partes, sin caer en egos exaltados, el reconocimiento de  lo bueno del otro.

Resiliencia:  La falta de capacidad para superar circunstancias adversas dentro de la pareja y fuera de ella trae como consecuencia separaciones abruptas . De lo contrario, el enfrentar con entereza los contratiempos como un equipo,  hace que la relación de pareja salga fortalecida y mejor que antes.

Proyectos en común: Las parejas tienen en común los proyectos de vivienda, hijos y consolidación económica. Cuando ya está la casa, los hijos nacieron, crecieron y se fueron, y hay dinero para ahorrar y vacacionar viene el aburrimiento porque se acabaron los proyectos en común que iniciaron el matrimonio mas allá del amor y la ilusión. Lograr bienes materiales trae consigo estrés y presión social; los hijos son felicidad y también responsabilidad y el dinero como lo dijimos al principio puede hasta romper una relación. Más allá de los proyectos universales por decirlo de alguna manera , deben existir otros que una a la pareja como hombre y mujer, como equipo. Puede ser un hobby, un reto, una aventura o hasta un negocio nuevo, que haga mantener la creatividad de ambos activada hacia un bienestar en común. La falta de proyectos lleva a la pareja al aburrimiento y por ende a la ruptura.

Fuente de estadísticas: The Stepfamily Foundation, Inc.
Por:  MLUSA

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