Un estilo vanguardista en la moda Colombiana

La diseñadora Colombiana Olga Piedrahita vivió su adolescencia consagrada al ballet, cuyo rigor en la práctica, unido a sus movimientos y al amor visceral por el teatro, sembró en su personalidad la permanente apuesta por la libertad creativa como una consigna de vida y su decisión de estudiar arte y de convertir la moda en una propuesta estética, lo que se fortaleció con la educación libre que le dieron sus padres y su búsqueda “por la experimentación y la soltura, por darme licencias para volar”.
Lleva treinta años de oficio en la moda. Comenzó en su propia casa, cuando era apenas una niña de brazos, y se movía entre el mundo de lujo y sofisticación de su familia paterna y la apertura mental de su familia materna llena de artistas. A pesar de que estudió en un colegio de monjas, su papá la sacó de la formalidad al ofrecerles regalos vedados a otros, como darle la libertad de usar bikini en su adolescencia u obsequiarle una ida a cine para que viera en pleno 1970 la historia del festival de Woodstock.
La vocación hacia el arte de esta diseñadora fue notoria desde muy temprana edad. Esta se consolidó cuando inició sus estudios de Bellas Artes en la Nicholls State University de Lousiana, Estados Unidos. Al terminar su universidad, en l982, regresó a Colombia y montó, junto con su hermana Eulalia, el taller Barroco en Medellín. La práctica de ensambles dramáticos de telas inesperadas mezcladas con tintura, marcó un estilo que impactó tanto en Colombia que el reconocimiento a este nuevo arte la llevó a montar un taller en Bogotá.

diseñadora olga piedrahita
diseñadora olga piedrahita

Sus propuestas parecían disfraces y todas estaban investidas de teatralidad. Esa nostalgia retro que apuntaba a los años veinte y que tomaba elementos del Wearable Art de enorme fuerza entonces en Londres, la convirtió, de un momento a otro, en diseñadora. Viajó a Bogotá y se encontró con un mundo de colegas con ideas. Participó cuatro años seguidos en los desfiles de la Asociación Colombiana de Diseñadores y dejó atrás, por primera vez, lo que la había hecho exitosa, para jugársela por algo nuevo.
Piedrahita es considerada la reina de la creatividad y la más importante creadora textil de Colombia. Tiene el deseo permanente de reinventarse  en cada una de sus colecciones, lo cual la llevó a incluir en sus piezas otro de sus amores: las óperas y el teatro. Por eso nunca realiza pasarelas convencionales, sino verdaderas puestas en escena en las que cada vestido cuenta una historia coherente y sin embargo es una obra de arte en sí; en las que cada modelo está fuera de los circuitos conocidos e interpreta un papel definido; cada pieza musical corresponde a una sensación y el espacio es casi siempre una bodega abandonada e intervenida, reinventada como escenario por un equipo de hasta 250 personas.
La diseñadora colombiana busca en las ferreterías materiales para trabajar, pero también en el color de las casas de Curaçao o en las bolsas de basura de su edificio y en lo común de cada día. También en la cotidianidad de la gente. Por eso cree en los jóvenes y junto con su hija Danielle ha consolidado un equipo de especialistas que la apoyan en sus colecciones y además busca talentos para que presenten las propuestas en su tienda.

diseño de Olga Piedrahita
Diseño de Olga Piedrahita

Cuando Piedrahita no está creando, su tiempo lo dedica a la docencia. Lo hace orientando la tesis de grado de los estudiantes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Como buena paisa ha sido siempre una mujer aventurera, curiosa, que no le teme a los cambios. Ella es consciente de que no se puede separar la vida sicológica del artista de su obra. Por ello sus experiencias personales marcaron un gran cambio en su creación, pues la llevaron a darse cuenta de que el vacío es tan importante como lo lleno y a alejarse de lo dramático y excesivo del estilo barroco. Fue así como llegó, sin darse cuenta, a un minimalismo, es decir, a asumir el reto de lo vacío y limpio técnicamente tan exigente como lo colmado.
A diferencia de las otras artes, como la pintura y la escultura, para ella el diseño de modas es un arte utilitarista relacionado directamente con el mundo real. «La ropa es para ponérsela no para colgarla». Al mismo tiempo resalta que uno de los procesos más interesantes en su vida como diseñadora fue el de conciliar el mundo lúdico con la realidad. Una de las consecuencias de este proceso fue el empezar a trabajar para cuerpos reales y no sólo para modelos. En su taller, ubicado en la zona rosa de Bogotá, Olga Piedrahita ha logrado impactar al público con cada una de sus colecciones de estilo neorromántico con la exigencia de acabados de alta costura y la utilización de materiales como los chifones, crepés, tules y organzas que envuelven con sutileza el cuerpo femenino. La combinación armónica de estos elementos la han llevado a crear los trajes de novia y coctel más cotizados del país debido a su impecable estilo vanguardista, el cual ha logrado imponer en la moda colombiana.

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