A mediados del Siglo XX, el término “latino” se convirtió en denominación para cualquier estadounidense con ancestros en América Latina. La palabra es aceptada y ampliamente difundida entre la población anglohablante para referirse a todas las naciones americanas al sur de dicho país. De igual forma, tradicionalmente se han considerado como latinos a los españoles, así como a los portugueses, los franceses, los belgas, los italianos, los rumanos, por ser parte de los pueblos latinos de Europa.

Los latinos en Estados Unidos surgen de un proceso migratorio después de  la Segunda Guerra Mundial, cuando numerosos países atravesaron crisis económicas, pasando de ser países que recibían inmigrantes, a generar una población que, al no encontrar posibilidades de desarrollo económico en sus lugares de origen, inició un proceso cada vez más creciente de emigración, con principal destino hacia la nación norteamericana.

Ante la necesidad de definir la identidad de estos emigrados, se les comenzó a nombrar por su nacionalidad o el origen étnico, pero en el caso de los españoles, mexicanos, centroamericanos, sudamericanos y caribeños era imposible porque no tenían una característica racial distintiva por proceder generalmente de países donde habían coexistido varios grupos humanos con distintos orígenes; generalmente lo único que tenían en común era su lengua (Español o portugués). Por esto, llamarles «latinoamericanos» podía resultar confuso y se decidió etiquetarlos como “latinos”.

El Centro de Estudios Pew de Estados Unidos, proyecta que en el 2020 este país será el segundo con más hispanohablantes del mundo, por detrás de México y por delante de España. Asimismo, la misma organización reveló que a finales de 2015 los hispanos representaban el 17% de la población de esa nación, superando  55 millones de personas, de los cuales 37 millones hablan español.

Los latinos en Estados Unidos son variopintos, es decir, mestizos mexicanos, indígenas guatemaltecos, blancos argentinos, mulatos de Puerto Rico, de República Dominicana y otros. Se dice que los antepasados de éstos comenzaron a llegar a este país desde el siglo XVI y fundaron misiones y pueblos en Texas y California, pero la mayoría sigue llegando en la actualidad, huyendo de la miseria que afecta a América Latina, tratando de juntar  dólares y soñando en volver, aunque la realidad les obligue a establecerse allí con sus familias.

Las opciones de convivencia que tienen los latinos en Estados Unidos, son integrarse a la sociedad norteamericana, sin perder la identidad cultural y asimilarse completamente como lo hicieron los inmigrantes de hace muchos años. Las organizaciones hispanas de todo tipo ya abundan. El pueblo latino en esta nación presenta varios desafíos: primero exige ser capaces de lograr una síntesis de actitudes, que sirvan para conservar lo positivo de la cultura latinoamericana de donde provienen, aprendiendo al mismo tiempo muchas cosas buenas de la sociedad norteamericana que los acoge, teniendo la sabiduría de dejar a un lado lo que hay de negativo en ambos mundos. Por otra parte, se plantean abrir horizontes más allá de los problemas que tienen como hispanos, presionando desde dentro al gobierno de esta nación y extendiendo la mano a quienes luchan por construir un mundo más solidario.

El Significado y lo significativo
La escritora Emma Restrepo realizó una consulta entre sus amigos latinos sobre qué significa ser latino en Estados Unidos y algunas de las reflexiones recogidas fueron las siguientes:

• “Latinos somos los que tenemos como lengua natal el Latín y como país el continente americano”.
• “Ser latino es reírse con ganas, mover las caderas y los hombros sabroso para bailar, tener amigos entrañables en cinco minutos y en todas partes. Tener una opinión rápida y contradecirnos igual de rápido”.
• “Ser latino es sentirse en casa en cualquier lugar desde México hasta la Patagonia”.
•  “Ser latino es no leer las instrucciones a la mano y ensayar hasta dar con el truco”.
• “Es saber sobrevivir y echarle ganas a la vida”.
• “Es preferir los frijoles o los gandules con arroz, y usar el guacamole, la palta o el aguacate siempre que tengamos la oportunidad”.
• “Es poder compartir las canciones de los boleros, de las rancheras o de la salsa sin problema porque todas están en español”.
• “Es morir por el fútbol, no el soccer, y celebrar las gambetas y los tiros de esquina del equipo de turno y sentirnos orgullosos cuando es Argentina, Brasil o España quien nos representa”.
• “Ser latino es usar los remedios de las abuelitas para cada mal no importa si es una gripa o un cáncer”. La manzanilla para el dolor de estómago, la valeriana para los nervios, la ruda para limpiar el estómago, los pétalos de rosa para el mal de amores y la lista no para.
• “Es tener a los abuelitos viviendo en casa sin jamás pensar en llevarlos a un ancianato”.
• “Es celebrar la navidad el 24 en la noche con los niños despiertos hasta la una de la mañana y tener a todos los primos en primer, segundo y tercer grado bajo el mismo título: primos”.
• “Es escuchar la música a todo volumen y emborracharse sin compasión”.

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